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 Donald Trump y Hillary Clinton se saludan antes del debate el 26 de septiembre del 2016 en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York.
Donald Trump y Hillary Clinton se saludan antes del debate el 26 de septiembre del 2016 en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York.
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El duelo entre Hillary Clinton y Donald Trump el lunes al parecer impondrá una nueva marca como el debate entre candidatos presidenciales más visto en la historia de Estados Unidos.

De momento no estaba disponible un cálculo de la compañía especializada Nielsen de la cifra definitiva del auditorio.

Sin embargo, según proyecciones preliminares de 11 de las redes que difundieron el debate, la cifra final alcanzaría 81,4 millones de espectadores y superaría una marca que estuvo vigente 36 años.

El récord anterior de espectadores para un debate presidencial alcanzó 80,6 millones de personas y correspondió al único que sostuvieron en 1980 el presidente demócrata Jimmy Carter y su contrincante republicano Ronald Reagan.

Desde entonces, ningún debate entre los candidatos presidenciales estadounidenses había rebasado los 70 millones de espectadores.

En un debate lleno intercambios duros y en ocasiones personales entre los dos aspirantes a ocupar la Casa Blanca, Donald Trump y Hillary Clinton demostraron claramente cómo llegaron hasta aquí.

Clinton estuvo educada, preparada y orgullosa de ello. Tenía respuestas aguas y ensayadas, especialmente las referidas a su servidor de correo electrónico privado que ha empañado su candidatura durante meses. Se mostró calmada, incluso cuando era atacada, y se burló elegantemente del hombre al que llamó “Donald”.

“Creo que Donald me criticó por prepararme para este debate. Y sí, lo hice”, dijo Clinton. “¿Y saben para qué más me prepare? Me preparé para ser presidenta, y eso es algo bueno”.

Trump interrumpe a Clinton

Trump evitó otro protagonizar un nuevo momento embarazoso el lunes, pero era complicado apreciar su trabajo para suavizar su imagen. Interrumpió repetidamente y de forma agresiva a Clinton para cambiar o negar sus afirmaciones, en ocasiones hablando por encima de ella. A la petición del moderador, Lester Holt, para explicar un comentario previo acerca de que Clinton no tiene un “aspecto presidencial”, Trump simplemente repitió el comentario.

“Ella no tiene la apariencia, ella no tiene la energía”, declaró. “Para ser presidente de este país, necesitas una energía enorme”.

Clinton estaba preparada para responder: “Bueno, en cuanto él viaje a 112 países y negocie un acuerdo de paz, un alto el fuego, la liberación de disidentes, la apertura de nuevas oportunidades en naciones de todo el mundo, o cuando pase 11 horas testificando delante de un comité del congreso, entonces puede hablarme sobre energía”.

A medida que avanzaba el debate, Clinton pareció ganar confianza y un mejor sentido de la oportunidad. Cuando Trump concluyó una larga y enrevesada defensa de su larga campaña de años contra la nacionalidad del presidente Barack Obama, hizo una pausa para dejar que las palabras del republicano pasaran al olvido.

“Bueno, solo escuchen lo que acaban de oír”, afirmó.

No se habló de Inmigración

Aunque el tema de inmigración no fue abordado en los 90 minutos del debate realizado en la Universidad Hofstra, en Long Island, Trump se refirió brevemente a los inmigrantes al hablar sobre los problemas raciales que enfrenta el país.

“Tenemos pandillas en las calles y en muchos casos son de inmigrantes ilegales, que matan gente”, expresó el aspirante republicano al hablar sobre las tensiones raciales.

El empresario afirmó que el país necesita “la ley y el orden” para poder terminar con la segregación racial y señaló que en los vecindarios pobres, la comunidades de afroestadounidenses e hispanos “están viviendo un infierno porque es muy peligroso”.

Clinton, por su parte, dijo que “muchos afroestadounidenses, muchos latinos, han llegado a la cárcel” y explicó que “si usted es afroamericano tiene más probabilidades de ir a la cárcel” que si es de la raza blanca. Aseguró que “hay que trabajar para que las personas se mantengan seguras”.

Uno de los ejes de la campaña de Trump ha sido su aliento a medidas de inmigración más restrictivas, como la construcción de un muro en la frontera con México. Clinton expresó su apoyo a una reforma migratoria integral.

Se espera que el tema sea abordado en los próximos debates.