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Presidente Donald Trump.
Presidente Donald Trump.
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Washington.- El presidente, Donald Trump, rompió con todas la convenciones al amenazar al exdirector del FBI, al que despidió el martes, y dejó claro que quiere que se ponga fin a la investigación sobre la posible coordinación de su campaña presidencial con Rusia.

En menos de una hora, Trump volvió a dejar boquiabiertos a periodistas y analistas políticos en Washington al amenazar a Comey si “comienza a filtrar” información sobre sus conversaciones, en las que el exdirector le aseguró -según asegura el presidente- que no estaba siendo investigado por colusión con el Gobierno ruso.

“A James Comey más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar a la prensa”, aseguró Trump esta mañana en un críptico mensaje en la red de Twitter, que utiliza en ocasiones para airear sus frustraciones.

Pese a que en un comienzo la Administración de Trump aseguró que la salida de Comey estaba motivada por su falta de apoyos dentro del FBI y su mala gestión el año pasado de la investigación del manejo de las comunicaciones de Hillary Clinton -rival de Trump en las elecciones de 2016- cuando era secretaria de Estado, la polémica sobre Rusia sigue en el centro del escándalo.

El presidente estadounidense reiteró ayer, en entrevista con la cadena NBC, que Comey le aseguró en una cena en la Casa Blanca que no se estaba investigando al presidente dentro de las pesquisas sobre las conexiones de su campaña con representantes del Kremlin.

No obstante, fuentes cercanas a Comey han asegurado a medios estadounidenses que es imposible que el máximo responsable de esa investigación, que podría poner en peligro la presidencia de Trump si se demuestra connivencia, realizase tales declaraciones con las pesquisas aún en marcha.

Trump también mostró hoy su enfado por las críticas sobre la descoordinación de su equipo de comunicación con todos los implicados en la sorpresiva salida de Comey, que mantuvo en conocimiento de un grupo muy reducido de leales.

El presidente aseguró que no se puede esperar “rigurosidad perfecta” de sus portavoces, y sugirió que tal vez debería cancelar todas las ruedas de prensa y sustituirlas por respuestas escritas a preguntas de los medios.

La ira y el carácter impredecible de Trump han convertido el despido de Comey en el mayor caos mediático de la presidencia del republicano, y el que más suspicacias ha levantado entre legisladores de ambos partidos, que piden intensificar la investigación sobre Rusia.

Todos los implicados o han corregido al presidente o han sido contradichos por él, elevando en lugar de acallar las dudas sobre si la salida de Comey estaba motivada por la intención de Trump de cerrar lo antes posible la investigación sobre Rusia, que el FBI lideraba.

Trump no ha tenido ningún problema en vincular la salida de Comey a la investigación sobre Rusia, que considera una invención de los demócratas por su mal perder en las elecciones y un intento de distraer la atención de los progresos de sus políticas.

En uno de los más caldeados y extensos monólogos en Twitter de Trump hasta la fecha, el presidente llamó hoy la investigación sobre la injerencia rusa en su campaña “un caza de brujas” y se preguntó “¿cuándo va a acabar?”.

El pataleo presidencial de esta mañana es una prueba más de que los portavoces o defensores del mandatario, como el vicepresidente, Mike Pence, son incapaces de disipar la presión creada por el despido fulminante de un actor clave en la independencia judicial del país, cuyo mandato, pese a ser nombrado por el presidente, es de diez años.

La ley que estipula el mandato de 10 años se aprobó en 1973 para evitar la influencia del Ejecutivo en la agencia, de forma que el director del FBI pueda ocupar su puesto más allá de los ocho años de mandato máximo de un presidente de EEUU.

Según publicó hoy el diario The Wall Street Journal, el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, autor del memorando crítico con Comey, ha pedido a la Casa Blanca que no diga incorrectamente que él recomendó la salida del director del FBI.

En la entrevista con la NBC, Trump se deshizo de todo tipo de buenas apariencias y aseguró que hubiese despedido a Comey de todas formas, contradiciendo a todo su equipo de portavoces.

Según indicó hoy al canal CNBC un exagente del FBI, Trump ha declarado la guerra al FBI, después de hacer lo mismo contra las agencias de inteligencia que, antes de su toma de posesión, consideraron demostrada la intención de Moscú de inclinar las elecciones de 2016 a favor del republicano.

“Trump está fuera de control (…). Esto no va a acabar bien para esta Administración”, aseguró la fuente.