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Luis, (izq.), y Daniel Bravo, ambos hermanos, ya desean que se apruebe una reforma migratoria, especialmente porque tienen familiares que son afectados por este tema.
Luis, (izq.), y Daniel Bravo, ambos hermanos, ya desean que se apruebe una reforma migratoria, especialmente porque tienen familiares que son afectados por este tema.
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Edgar Fernández dice que él y sus amigos están cansados. Cansados de perder oportunidades de trabajo. Cansados de temerle a la deportación.

El residente del condado de Orange, quien ha vivido en Estados Unidos sin documentos durante nueve años, dijo que la mayoría de las personas que conoce estarían contentas recibiendo un estatus legal, aunque no incluya la ciudadanía.

“Tener un documento nos daría paz”, dijo Fernández, quien recientemente se casó con un ciudadano americano y está en el proceso de adquirir la residencia legal.

Un camino hacia la ciudadanía para la mayoría de los 11 millones de inmigrantes viviendo en el país sin documentos, no es parte del plan de los republicanos para una reforma migratoria.

“No habrá ningún camino especial hacia la ciudadanía para los individuos que no respetaron las leyes migratorias de nuestro país, eso no sería justo para aquellos inmigrantes que han respetado las leyes…”, según el documento. Pero los principios señalados en él, sí ofrecen la oportunidad de vivir en el país “legalmente y sin miedo”.

Fernández y sus amigos no son los únicos a quienes les agrada la idea.

Encuestas recientes del Pew Research Center indican que la mayoría de los hispanos y asiáticos americanos dicen que es más importante poder trabajar y vivir en Estados Unidos legalmente, sin el temor de ser deportados, que tener la ciudadanía.

De los 701 hispanos encuestados por teléfono a nivel nacional, el 55 por ciento dijeron que es más importante tener alivio de no ser deportados a que tengan un camino hacia la ciudadanía, comparado con el 35 por ciento que dijeron que es más importante obtener la ciudadanía.

Desde que se dio a conocer la propuesta de los republicanos, el presidente Barack Obama ha dicho que está dispuesto a hacer concesiones, pero la Casa Blanca reafirmó su posición de que “no hay certeza” que los inmigrantes indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos deben de poder convertirse en ciudadanos americanos.

Mientras algunos simpatizantes por una reforma migratoria, incluyendo el National Immigration Forum, aplaudieron los principios de los republicanos, otros los criticaron.

“La ciudadanía es la única solución viable para prevenir cualquier segregación entre familias”, dijo Oswaldo Farias, un residente de Costa Mesa y ciudadano estadounidense que trabaja con la Orange County Congregation Community Organization.

La propuesta incluye un camino hacia la ciudadanía para los jóvenes traídos a Estados Unidos cuando eran niños. También dice que las asignaciones de visas y tarjetas verdes “necesitan reflejar las necesidades de los empleadores” y además pide mejoras en la seguridad fronteriza, la verificación de empleos y aplicación de leyes en los lugares de trabajo.

Para la mayoría de los estimados 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, el documento ofrece la legalización, “pero sólo si están dispuestos a admitir su culpabilidad, pasar chequeos rigurosos de antecedentes, pagar multas significativas e impuestos retrasados, desarrollar un dominio del inglés y (aprenderse) la historia americana y poder mantenerse a sí mismos y a sus familias (sin acceso a beneficios públicos)”.

“Algunas son sugerencias razonables. Algunas tienen sentido… pero intentar criminalizar a las personas no tiene lógica”, dijo Daniel Bravo, un residente de Costa Mesa que tiene familiares sin y con documentos.

En la familia Bravo, el hijo menor nació en Estados Unidos. Dos de los hermanos más grandes son dreamers y un tercer hermano está en el proceso de obtener el mismo estatus. Los padres de los cuatro son indocumentados.

“Yo no soy diferente a mis padres. Más bien, ellos son los dreamers originales”, dijo Bravo.

Historia de la inmigración

Hubo una vez cuando Estados Unidos quería que los inmigrantes se establecieran en sus tierras. Para el año 1880, hubo un aumento en inmigración y fue fundado el Servicio de Inmigración en 1891. Aquí le presentamos algunos de los momentos clave en el desarrollo migratorio del país desde entonces:

En 1921: El Congreso adoptó una nueva política migratoria con cuotas basadas en nacionalidades y, en 1924, creó la Patrulla Fronteriza.

De 1942 a 1964: Más de 4.5 millones de nacionales mexicanos participaron en el Programa Bracero, un programa de trabajadores temporales que laboraban en los campos de agricultura de California y otros estados.

En 1965: El Congreso adoptó un sistema designado a unir a las familias migrantes y atraer a inmigrantes con habilidades; y en 1980, el país estableció una política que se encargaba de concederles admisión a los refugiados.

En 1986: El Congreso aprobó la Immigration Reform and Control Act, la cual le dio amnistía a unas tres millones de personas.

De 2006 a 2007: Se debatió vigorosamente la reforma migratoria, pero fracasó.

En 2013: El Senado aprobó una medida que abría un camino hacia la ciudadanía para los residentes indocumentados. La Cámara de representantes aún no ha hecho nada.

Fuente: Center for Immigration Studies and the Bracero History Archive

Voces

“Legalizar a millones cuando hay un alto nivel de desempleo, traiciona a los trabajadores americanos…”.

-Evelyn Miller, de Irvine

“En algún momento quería que sacaran a los 11 millones de ellos fuera del país en camiones. Pero eso no va a pasar. Algo se tiene que hacer”.

-Marvin Tickle, de Laguna Woods

“Este es un paso hacia la dirección correcta… pero no aceptamos la legislación que excluye un camino hacia la ciudadanía para tantos inmigrantes que pagan sus impuestos”.

-Hee Joo Yoon, director ejecutivo del Korean Resource Center en Los Angeles y el condado de Orange