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  • Los grandes inversionistas están comprando casas para ponerlas en renta,...

    Los grandes inversionistas están comprando casas para ponerlas en renta, esto deja a algunos compradores pre aprobados con pocas opciones.

  • Después de mucho batallar Elsie Acosta compró su casa en...

    Después de mucho batallar Elsie Acosta compró su casa en San Jacinto. Ahí vive con su pequeño hijo de 3 años.

  • Prácticamente los residentes del Inland Empire se ven obligados a...

    Prácticamente los residentes del Inland Empire se ven obligados a pagar muy altas rentas. Aunque califiquen para comprar, no pueden porque las casas son de los inversionistas.

  • Factores como bajos precios de las propiedades, combinado con bajos...

    Factores como bajos precios de las propiedades, combinado con bajos intereses, están atrayendo a inversionistas que están comprando casas en el Inland Empire a manos llenas.

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Desde que era casi una niña Elsie Acosta se fijó como meta que a más tardar, cuando tuviera 21 años de edad, tendría su propia casa. Por increíble que parezca, a los 22 años, esta jovencita es la feliz propietaria de una casa de tres recámaras y dos baños. Adquirió su propiedad en junio del 2012.

Sin embargo, encontrar su hogar no fue tan fácil.

Después de presentar ofertas en zonas cercanas a su familia, la única propiedad que estaba a su alcance, se encontraba en el área de San Jacinto, muy lejos de Temecula, donde trabaja y de Moreno Valley donde le cuidan a su hijo.

“La propiedad costó 95,000 dólares y mi pago mensual es de 600 dólares”, dijo entusiasmada. “El problema es que está en San Jacinto. Yo quería comprar en Perris pero los inversionistas están comprando todo”.

Casas bajo ejecuciones hipotecarias, bajos intereses, y de precios más razonables que hace una década, permiten que empresarios de bienes raíces lleven la delantera. Tanto, que en el 2013 casi un 38 por ciento de las propiedades fueron compradas en efectivo.

Esto deja a familias como Acosta varadas. La joven tiene planes de arreglar el jardín, de pintar algunas paredes, pero para eso necesita tiempo, y tiempo es lo que menos tiene. Aunque su sueño se hizo realidad, de vez en cuando tiene que padecer la pesadilla del tráfico.

San Jacinto es una de las pocas áreas que hasta el momento ha estado fuera del alcance de los grandes inversionistas de bienes y raíces que están volteando sus ojos al Inland Empire para aprovechar las condiciones únicas que se están presentando: precios bajos con intereses bajos.

“No te miento hicimos más de siete ofertas en Perris y nada. Ya las habían comprado los inversionistas. Luego intenté en San Jacinto porque mi prima compró una casa ahí. Ví muchas casas, hicimos cuatro ofertas y me quedé con la que me aceptaron”, cuenta la joven madre.

Regularmente una forma de medir el mercado de vivienda, es contando el número de familias que están en capacidad de comprar una casa a precio promedio en la misma ciudad en la que ya viven, situación que ahora es casi imposible.

En el último reporte económico sobre los principales problemas a los que se enfrenta la región, el economista del Inland Empire y sur de California, John Husing dijo que en el último cuarto del 2012 se registró una cifra récord del 68 por ciento de familias con posibilidad de comprar una vivienda en el Inland Empire.

Dijo también que el principal problema es que no las pueden comprar porque los grandes inversionistas están comprando las casas en “Foreclosure” o juicio hipotecario antes de que lleguen al mercado, poniéndolas en renta y dejando a las familias sin ninguna opción de poder comprarlas.

Muchas trabas para comprar

En el 2013 las buenas noticias le han llegado como en cascada a Alejandra Salazar. A principios de año cambió de empleo, obtuvo un incremento de salario y hasta cambió de auto. Con el viento a su favor, decidió que había llegado el momento de empezar a formar un patrimonio propio.

Con un puntaje de crédito superior a los 680 puntos, calificó fácilmente para un préstamo hipotecario de $150,000 y se puso a buscar la que consideraba sería su primera casa.

“En cuanto empecé a buscar casa me di cuenta que había muchísimas casas disponibles, muchas más de las que me había imaginado”, dijo Salazar.

Pero el hecho de que haya casas disponibles en el mercado no significó que hubiera una para ella.

“Busqué en Ontario, en Corona, en Riverside, en Pomona, y en todas me encontré la misma historia: alguien había ofrecido una cantidad mayor por la casa”, dijo decepcionada.

Y es que a pesar de que el mercado de la vivienda en el Inland Empire fue uno de los más golpeados a nivel nacional con una caída de precios de hasta el 55.6 por ciento, con relación al 2006, el factor especulativo ha empezado a hacerse presente.

El mercado inmobiliario del Inland Empire ha pasado del borde del colapso a la especulación y esto ha llevado a un incremento de precios del 18.3 por ciento en el condado de San Bernardino y del 25.2 por ciento en el de Riverside con relación al año anterior, de acuerdo a DataQuick, una de las empresas encargadas de monitorear el mercado de las bienes raíces.

El precio promedio de las casas vendidas el mes pasado fue de $226,000 en el condado de Riverside y $177,500 en el condado de San Bernardino.

Este incremento en los precios de los bienes inmuebles sin duda es una gran noticia para muchos sectores de la economía y para los inversionistas que han visto crecer su dinero de un año a otro. Pero este nuevo boom deja fuera a personas como Salazar , que se ven imposibilitadas de adquirir algo propio y se ven condenadas a seguir rentando a pesar de tener los recursos para comprar.

“Esto sin duda es una desgracia para personas que han seguido las reglas, que han mantenido su crédito y que buscan tener una casa propia”, dijo a los medios Paul Leonard, director del Centro para Prestámos responsables de California.

Sentimientos encontrados

En los peores momentos de la recesión económica, 1 de cada 5 propietarios se encontraban atrasados con el pago de sus préstamos hipotecarios y las casas embargadas constituían hasta el 60 por ciento de las ventas, indicó la empresa Zillow. Se detuvo la construcción de vivienda y el desempleo creció por encima de la media nacional. Por si todo eso fuera poco, la ciudad de San Bernardino se declaró en bancarrota el año pasado.

Pero las cosas han empezado a cambiar, aunque no para los residentes locales, sino para los grandes inversionistas que han llegado a la región de todas partes de Estados Unidos para invertir en un mercado que parece prometedor. Es tanta la inversión que está llegando que el año pasado alrededor del 38 por ciento de las viviendas que se vendieron fueron al contado, indicaron datos de Zillow.

Para los profesionistas de bienes raíces éstas son buenas noticias después de casi seis años de declive.

“Hay optimismo por primera vez en ocho años”, dijo Paul Herrera, director de asuntos gubernamentales de la Asociación de Bienes Raíces de Inland Empire. “Por primera vez desde el 2005, pensamos que el año siguiente será mejor que el anterior”.