Skip to content
Cara a cara y a contrarreloj, el Presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se reunieron el jueves, 13 de diciembre, por la noche en la Casa Blanca para tratar de romper un persistente estancamiento y alejar al país del llamado “precipicio fiscal” que podría poner en peligro la economía de la nación.
Cara a cara y a contrarreloj, el Presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se reunieron el jueves, 13 de diciembre, por la noche en la Casa Blanca para tratar de romper un persistente estancamiento y alejar al país del llamado “precipicio fiscal” que podría poner en peligro la economía de la nación.
AuthorAuthor
PUBLISHED: | UPDATED:

WASHINGTON — Cara a cara y a contrarreloj, el Presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se reunieron el jueves, 13 de diciembre, por la noche en la Casa Blanca para tratar de romper un persistente estancamiento y alejar al país del llamado “precipicio fiscal” que podría poner en peligro la economía de la nación. Sus colaboradores dijeron simplemente que las conversaciones fueron “francas”.

Boehner regresó al Capitolio una hora después, caminó a toda prisa entre los reporteros y se abstuvo de hacer declaraciones. No hubo indicios de avance, aunque la palabra “francas” que utilizaron las partes para describir las conversaciones deja entrever que Obama y Boehner se han mantenido inflexibles en sus posiciones, contrastantes.

El encuentro tuvo lugar después que Obama asegurara que la lentitud de las conversaciones para reducir el déficit fiscal entre el gobierno y los republicanos en el Congreso se debía a una “bancada conflictiva” de legisladores republicanos que le dificultan las negociaciones a Boehner.

Boehner aseveró lo contrario. Horas antes dijo: “desafortunadamente, la Casa Blanca tiene tan poca seriedad en cuanto a la reducción al gasto que parece dispuesta a caminar despacio hacia ningún acuerdo y llevar nuestra economía hacia el precipicio fiscal”.

La reunión del jueves por la noche fue la segunda cara a cara entre Obama y Boehner en cinco días en el intento de ambos por alcanzar un acuerdo que evite la entrada en vigencia en enero de aumentos considerables a los impuestos y reducciones generalizadas al gasto. También asistieron a las conversaciones el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el jefe de cabildeo de Obama en el Congreso, Rob Nabors.

Antes de la reunión, Boehner acusó a Obama de alargar las negociaciones. Obama insiste en subir las tasas de impuestos a las familias cuyos ingresos excedan los $250,000 anuales con el propósito de reducir el déficit federal.

Boehner dijo que se opone a elevar las tasas fiscales, aunque ha dicho que estaría dispuesto, en cambio, a aumentar los ingresos fiscales trabajando en las lagunas y las deducciones.

En una entrevista el jueves con la televisora WCCO de Mineápolis, Obama dijo que confía en un “cambio de actitud” de los republicanos en el aumento de los impuestos a los ricos. “No debería ser difícil la solución”, apuntó.

Agregó que la noción de no aumentar los impuestos “se ha convertido en una especie de religión entre muchos miembros del Partido Republicano”.

“Creo que el presidente de la Cámara de Representantes, Boehner, tiene una bancada conflictiva, porque a veces es ruda con él y él no quiere parecer cediendo frente a mí de alguna manera, porque eso podría perjudicarlo en su propia bancada”.