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En EE.UU, las muertes por sobredosis de drogas superaron en 2016 las 33,000 y han aumentado un 137% desde 2000. El aumento es del 200% si solo se tienen en cuenta las provocadas por opiáceos, de acuerdo con Human Rights Watch.
En EE.UU, las muertes por sobredosis de drogas superaron en 2016 las 33,000 y han aumentado un 137% desde 2000. El aumento es del 200% si solo se tienen en cuenta las provocadas por opiáceos, de acuerdo con Human Rights Watch.
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Miami.- Preocupados por el aumento de las adicciones a los opiáceos y las muertes por sobredosis, los científicos de una universidad floridana están desarrollando pastillas imposibles de pulverizar, para que el medicamento no pueda ser inhalado, inyectado o mezclado.

El profesor Hossein Omidian, quien lidera la investigación en la Facultad de Farmacia de la Universidad Nova Southeastern (NSU) de Fort Lauderdale, explicó a Efe que la clave está en el uso de polímeros que evitan la liberación de los compuestos activos de la medicina para usos indebidos.

“Debido a la presencia de los polímeros disuasivos, orgánicos e inorgánicos (disuasivos colectivos), el ingrediente activo (fármaco) permanecerá atrapado si la tableta se manipula para inhalar o inyectar”, precisó Omidian.

Sin embargo, este ingeniero químico graduado del Politécnico de Teherán (Irán) precisó que la sustancia activa será liberada si el comprimido se toma como es recomendado por el médico, por vía oral.

“La idea es utilizar estas tecnologías en formulaciones de opiáceos para minimizar las posibilidades de abuso tanto por inhalación como por inyección”, explicó.

Florida es uno de los estados del país más afectados por la crisis derivada del consumo de analgésicos opiáceos como el fentanilo, que es mucho más potente que la heroína.

Desde 2010 Omidian comenzó a desarrollar las llamadas Formulaciones para Disuadir el Abuso (ADF, en inglés) para hacer desistir a los adictos de inyectarse o inhalar opiáceos y en general las medicinas de prescripción.

Omidian, sin embargo, indicó que esta innovación se puede usar en cualquier fármaco recetado u otro agente activo que sea susceptible de ser usado de otra manera que no sea su ingestión.

En general, la NSU está enfocada en diseñar tabletas que pueden resistir la fuerza de aplastamiento o interactuar inteligentemente con agua y alcohol a diferentes temperaturas con el uso de uno o más polímeros que hacen que la composición sea blanda o dura y, por tanto, no rompible, o que hacen que resista la extracción con disolvente.

De esta forma impide su pulverización haciéndola o muy dura o como una especie de chicle.

El profesor de Ciencias de Farmacia precisó que se trata de varias tecnologías “que combinadas tendrían un gran potencial para disuadir el abuso de medicamentos recetados”.

Según la Universidad, son “urgentes” las soluciones modernas que pueden evitar un mal uso de medicamentos recetados, teniendo en cuenta que los adictos usualmente manipulan productos de drogas para acelerar su absorción y mejorar su efecto.

En EE.UU, las muertes por sobredosis de drogas superaron en 2016 las 33.000 y han aumentado un 137 % desde 2000. El aumento es del 200 % si solo se tienen en cuenta las provocadas por opiáceos, de acuerdo con Human Rights Watch.

Según Hossein Omidian, las tecnologías de NSU tienen “un gran potencial” para frenar el mal uso de los medicamentos.

Sin embargo, matizó que así como ocurre con otras innovaciones, para saber si las píldoras son eficaces para el propósito buscado será necesario obtener datos después de su comercialización en formulaciones de opiáceos.

“Esperamos que los fabricantes de opiáceos u otras empresas adquieran pronto licencias para usar estas tecnologías en sus respectivas formulaciones después de realizar breves estudios bioequivalentes”, indicó Omidian, quien tiene un doctorado en Ciencia de Polímeros de la Universidad de Brunel (Reino Unido).

“Las tecnologías que hemos desarrollado no son fundamentalmente diferentes, pero lo suficientemente innovadoras como para poder patentarlas”, explicó.

Precisó que la universidad ya ha presentado algunas solicitudes de patente sobre estas tecnologías.

El gobernador de Florida, Rick Scott, firmó el pasado 11 de julio una ley que refuerza los castigos y crea otros nuevos para delitos relacionados con las drogas sintéticas a base de opiáceos y en mayo declaró una emergencia pública de salud para intentar atajar esta crisis.

En Florida han muerto al menos 8.336 personas por sobredosis de drogas desde 2013 a 2015, y en ese último año se dio un aumento del 22 %, uno de los más altos del país.

El pasado mes de junio un niño de solo diez años falleció en Miami aparentemente de una sobredosis de fentanilo, sin que se conozcan todavía las circunstancias que rodearon su exposición a ese potente analgésico.