Ni corta ni perezosa, Bree Ortega, de 3 años de edad, se encaramó en la bicicleta nueva sin saber aún cómo controlar el manubrio. Después de unos segundos, la emocionada niña dirigió su atención a la muñeca patinadora Minnie, a una muñeca bebé, y a un juego de té, con lo que seguramente pasara horas sumergida en un mundo de fantasía.
La niña es hermana menor de Alex Daniel Ortega, joven explorador del Departamento de Policía de Fontana quien murió el mes pasado de manera repentina. Su madre, Dyana Scott Ortega, aún tiene la herida emocional abierta pero busco y encontró fuerzas para sonreír tras ver el rostro iluminado de su hija.
En otra zona de la ciudad, niños residentes del complejo habitacional de casas rodantes Hacienda, fueron sorprendidos el sábado 17 de diciembre por la visita de Santa Claus, quien cargado de juguetes, arrancó una sonrisa genuina en chicos y grandes.
La alegría fue producto del evento anual Cindy’s Santas de Fontana, el cual distribuye cientos de juguetes a niños de bajos recursos y en crisis durante las fiestas decembrinas. Organizado en parte por el Departamento de Policía del Distrito Escolar Unificado de Fontana, el evento ha alegrado miles de hogares durante los últimos 19 años.
Sonrisas sin precio
“Mirar sus sonrisas no tiene precio”, comentó Lydia Salazar-Wibert, cofundadora del programa. “Cada año crece más, cada año llevamos más y más alegría a mas hogares. Todo es gracias a la bondadosa donación de miembros de la comunidad, preocupados por hacer de la Navidad un evento memorable”.
En efecto, la Fundación de la Esperanza de Fontana, fundada por Jack Long, quien en 2014 se ganó 60 millones de dólares en la lotería de California, donó 10,000 dólares para la compra de todo tipo de juguetes, satisfaciendo así la ilusión de cientos de niños.
Cindy’s Santas, en honor a la fallecida Cindy Evaro, quien junto con Salazar-Wibert fundaron el programa hace 19 años, nació de la necesidad imperante de una comunidad pujante. Al principio, Evaro y Salazar-Wibert ayudaron a 33 familias, pero pronto se percataron de que la necesidad era aun mayor. Un año después llevaron alegría a 99 familias y en la actualidad benefician a más de 500 familias del área de Fontana anualmente.
Una bendición
Para las hermanas María Patiño, de 29 años de edad y madre de tres niños, y Rosalba Patiño, de 24 años de edad y madre de un bebé, el programa es una bendición de Dios que mantiene viva la esperanza. Las hermanas Patiño, oriundas de Guanajuato, México, agradecieron la bondad y el esfuerzo realizado para que sus hijos tengan una feliz Navidad.
Y es que a pesar de la difícil condición económica en la que viven, las hermanas Patiño mantienen vivo el espíritu navideño y más ahora que cuentan con la visita de su madre, a la que María no veía desde hace doce años.
“Lo importante de la Navidad es estar en familia, los regalos son secundarios pero desde luego que traen la felicidad a los niños. Esta Navidad será excelente”, comentó María, quien está en espera de su cuarto bebé. “Dios me concedió la dicha de tener a mi madre conmigo, y me ha concedido la dicha de que mis hijos estén saludables. ¿Qué más puedo pedir?”
“Yo si pido algo, pido que a todos aquellos que hacen posible que otros niños que ni conocen sean felices Dios los llene de infinitas bendiciones. En verdad, gracias por su labor”, añadió Rosalba.
Durante gran parte del día, un ejército de duendes navideños, incluyendo estudiantes de varias preparatorias locales, así como policías y líderes electos, se trasladaron por toda la ciudad trayendo consigo el mensaje de amor y paz con la intención de que el acto sea emulado para intensificar el amor por el prójimo.
