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    Un equipo de trabajo de So Cal Concepts, una compañía de jardinería con sede en Irvine, corta plantas manualmente en el jardín de un cliente en la comunidad privada de Shady Canyon en Irvine.

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    Anastacio Valladares, izquierda, de Anastacio Landscaping, un negocio familiar, compone un aspersor en un césped. Sus hijos, Carlos, Enrique y su esposa, Herminia, lo observa en Cowan Heights

  • La familia de Anastacio Landscaping, de izquierda a derecha: Carlos,...

    La familia de Anastacio Landscaping, de izquierda a derecha: Carlos, a la izquierda, su madre y su padre, Herminia y Anastacio Valladares; y su hermano, Henry, derecha.

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Cuando se eliminan 5.4 millones de pies cuadrados de pasto a través del Condado de Orange, se ahorran 625 millones de galones de agua. Pero también se puede arrancar del lugar a toda una industria.

Mientras propietarios de viviendas y negocios han eliminado esos acres de césped durante los últimos cinco años, reemplazándolos con arbustos, cactus y rocas en respuesta a la sequía, los jardineros y equipos de mantenimiento que podan y cortan esos céspedes están en una encrucijada: adaptarse o desaparecer.

Henry Valladares, quien trabaja con su padre, hermano y madre en el negocio de jardinería de la familia, está al borde de este paisaje cambiante. Durante los últimos meses, él ha visto una reducción en la demanda mientras los propietarios de viviendas tienen que reducir su uso de agua, causando que el crecimiento del pasto y de otras plantas se reduzca.

“Muchos de los clientes nos han dicho que vayamos una vez cada dos semanas, cuando antes teníamos que hacerlo una vez a la semana”, dijo durante un descanso de trabajo de jardinería en una vivienda en Cowan Heights que aún cuenta con césped en la parte frontal. “El pasto está empezando a morir porque les han dicho que reduzcan el número de veces que lo riegan. Antes, los regaban dos veces al día, cuatro veces a la semana. Ahora, sólo lo riegan una vez a la semana”.

El padre de Valladares, Anastasio, empezó el negocio hace 15 años con un puñado de clientes en Huntington Beach, cuyos jardines sigue manteniendo hasta hoy día. El negocio creció en una década y media al correr la voz; y las tarjetas de presentación que Anastasio compró al inicio de su negocio aún siguen sin utilizarse.

Valladares, de 21 años, y su hermano Carlos, de 20, piensan tomar las riendas del negocio de la familia cuando su padre se jubile en los próximos años. “Nos preocupamos mucho por el negocio, pero tenemos otros empleos también”, añadió.

Son los pequeños negocios familiares como este que sufrirán más cuando el Condado de Orange atraviese un cambio de jardinería, comentó el profesor de derecho de UC Irvine, Robert Solomon, quien representa a varios grupos comunitarios con sus estudiantes de leyes.

Solomon predice un aumento inicial en la industria de la jardinería mientras los propietarios de viviendas gastan dinero en nuevas plantas tolerantes a la sequía. Esos jardines luego tienen que ser mantenidos, posiblemente por trabajadores con más experiencia que cortar céspedes.

Los economistas del Departamento de Desarrollo y Empleo del Estado proyectan que el número de empleos de jardinería en el Condado de Orange crecerá de 17,970 en el 2012 a 21,980 en el 2022. Ese pronóstico está en línea con otras industrias.

Pero según comentó Paul Wessen, un economista con el departamento, esas cifras no toman en cuenta la sequía y su efecto en los jardines.

Miles de millones de dólares en juego

La industria de la jardinería – desde la poda de céspedes hasta viveros y tiendas de artículos para jardinería – contribuye aproximadamente 25,000 millones de dólares a la economía de California, con 12,400 millones provenientes de servicios de jardinería, de acuerdo a un grupo de la industria.

“Al fin y al cabo, estamos gastando más dinero – y más dinero cambia de manos – la pregunta es: ¿Es para la misma gente?”, se preguntó Solomon. “El tipo que poda el césped, si está trabajando para alguien más, ¿Puede mantener su empleo? ¿Puede hacer algo similar? Pero si trabaja por cuenta propia, es difícil”.

Los dueños de sus propios negocios podrían no tener los recursos para entrenamiento adicional, o el capital para comprar nuevas plantas e instalarlas. Pero los empleadores más grandes y con buena planificación invierten en sus trabajadores, agregó.

Las compañías de jardinería que puedan sobrevivir la sequía probablemente serán los especialistas que ofrezcan sus habilidades para instalar y mantener jardines tolerantes a la sequía.

Una de esas compañías es So Cal Concepts, un negocio de jardinería con sede en Irvine que vio un aumento en la demanda de sus servicios en enero del 2014, recuerda su propietario, Dave Horton. El crecimiento no se ha detenido desde entonces.

En un día reciente, los jardineros de So Cal Concepts, usaron tijeras para recortar arbustos en una vivienda en Shady Canyon, dejando intactas las hojas – sin máquinas podadoras de arbustos que destruyen las hojas y dejan un rastro de vegetación enmarañada. Éstos trabajadores revisaron intrincados sistemas de riego por goteo enterrados bajo sustrato ‘mulch’ y limpiaron las hojas de un césped sintético.

“Creemos que es más fácil darle mantenimiento a un césped. Llegas y lo podas. Es algo bastante fácil”, dijo Horton. “Cuando tienes que lidiar con más plantas, necesitas ser más que un jardinero… Tienes que ir alrededor de las plantas y revisar si tienen la humedad que necesitan”.

‘Podar y limpiar’

Horton dijo que muchos propietarios de vivienda prefirieren un servicio más barato, de un equipo de jardinería de “podar y limpiar” que pasa por debajo del radar y podría no tener una licencia. Ese equipo de jardinería tendrá mayor dificultad adaptándose a los cambios de la industria, agregó.

“Muchas de esas personas que sólo podrán limpian, si no toman clases o no aprenden cómo manejar sistemas y encargarse de riego por goteo, se van a quedar atrás”, comentó Richard Cohen, propietario de Richard Cohen Landscape and Construction en Lake Forest. El envía a sus empleados a clases y seminarios para aumentar sus habilidades.

Con el llamado del gobernador Jerry Brown a los californianos para eliminar 50 millones de pies cubicos de césped, es poco probable que la trayectoria sea cambiada en algún momento.

En el Condado de Orange, la demanda de remates de eliminación de césped del Distrito Municipal de Agua del Condado de Orange, el cual dirige todos los programas de remate por eficiencia de agua para el condado, se ha disparado de 10 solicitudes por mes a principios del 2014 a 1,450 solicitudes por mes en abril del 2015, de acuerdo a Joe Berg, director de programas de eficiencia de agua con el distrito.

“Nunca hemos experimentado crecimiento en un programa como este antes”, dijo.

Los debates han sido tan populares que el Distrito Metropolitano de Agua, el cual costea los reembolsos, dejó de procesar solicitudes el 18 de mayo porque acabó con los 100 millones de dólares aprobados para el debate. El distrito aún acepta solicitudes, e iniciará el proceso tan pronto como otros 350 millones de dólares sean aprobados para los debates, probablemente este mes.

Ahorros a largo plazo

La entrega de remates a cambio de césped es el programa de conservación de agua más caro del distrito en base a dólares por galón de agua. Los programas más baratos, como contadores inteligentes de agua y rebates por electrodomésticos eficientes, pueden costar tan poco como 95 dólares por acre pie cúbico ahorrado. Los remates de césped cuestan 1,650 dólares – una cantidad incluso superior a los 950 dólares por acre pie cúbico que cuesta importar el agua.

Los ahorros, sin embargo, llegarán a largo plazo, cuando el Condado de Orange no sea un oasis artificial ‘traga-agua’.

“Estamos tratando de crear una transformación de jardines. Vivimos en un desierto. Solamente recibimos 13 pulgadas de agua al año, y en su punto mínimo el césped requiere 48 pulgadas de agua al año”, comentó Berg.

“Estamos tratando de cambiar nuestras plantas. Por eso estamos dispuestos a gastar más”.

Mientras el Condado de Orange cambia a una forma más apropiada para su ambiente, los arquitectos de jardines deben de liderar el camino ofreciendo diseños alternativos que no solamente sean eficientes, sino también estéticamente atractivos.

“Claro que estamos enfrentando una sequía, pero no tiene que ser fea”, dijo Kelly Shannon, directora del programa graduado de arquitectura de jardines en USC. “Va a haber un cambio de ideas sobre lo que es vivir en un ambiente en una ciudad y tener una vivienda con un jardín frontal o patio trasero que usa menos agua”.

Y también las implicaciones prácticas. Si demasiadas áreas verdes son eliminadas, según Shannon, las superficies duras y de concreto que las reemplacen podrían atrapar el calor, elevando las temperaturas en la ciudad. La pérdida de las plantas también podría eliminar habitats para aves e insectos.

“El efecto podría ser desastroso desde un punto de vista ambiental y ecológico, pero también desde un punto de vista estético”, comentó.

Aún quieren rosas

Los propietarios de viviendas necesitan saber que el viejo estándar de agua ilimitada proveniente del Río Colorado ya no existe, añadió. “La realidad ha cambiado y el agua ya no es ilimitada”.

En el pasado, los arquitectos de jardines aprendían cómo diseñar paisajes verdes y suntuosos porque eso era lo que los clientes querían, comentó Lee-Anne Milburn, profesora asociada de arquitectura de jardines en Cal Poly Pomona y directora de ese departamento. En años recientes, los estudiantes de arquitectura de jardines han aprendido sobre las plantas resistentes a la sequía y cómo maximizar el uso del agua.

El problema es que incluso cuando los clientes piden diseños eficientes con respecto al uso del agua, algunos terminan pidiendo más rosas y más pasto – plantas que consumen mucha agua.

La demanda está empezando a cambiar, según instaladores de jardines. Sin embargo, los pedidos de jardines eficientes vienen en su mayoría de familias de clase media, según Sandra Giarde, directora ejecutiva de la Asociación de Contratistas de Paisajes de California, un grupo de la industria.

“La clase alta, si quieren un pasto verde, van a tener un pasto verde. Los propietarios de vivienda de clase media, definitivamente le han dado un vistazo porque ya sea que el precio sea un factor o no, los distritos de agua van a elevar las tarifas”, agregó.

Tobi Ulemek, propietario de TRU Landscape Services en Santa Ana, ha visto una disparidad en su negocio. Incluso mientras la demanda por plantas tolerantes a la sequía ha aumentado un 25 por ciento desde marzo, algunos de sus clientes más adinerados aun quieren céspedes con aspersores.

‘No les importa’

No los disuade tener que regar el pasto recien plantado tres veces al día para que crezca raices.

“No importa”, comentó Ulemek.

Aunque la mayor parte del negocio de Ulemek es mantenimiento de céspedes, la instalación de jardines tolerantes a la sequía es la parte de su negocio que está creciendo.

“Es tan nuevo que en el mercado hay muchos trabajos de instalación”, agregó. “En los próximos cinco años, seguiremos instalando paquetes tolerantes a la sequía”.

Incluso si hay bajas, la industria se recuperará, según Doug Parker, director del Instituto de Recursos de Agua de California.

“Eventualmente, con el rediseño y la instalación, esos jardines necesitarán mantenimiento también. Así que podría ser a largo plazo, con equipos de mantenimiento volviendo a los lugares. Tal vez no van a podar tanto césped como antes, pero los arbustos aún tienen que ser cortados.