“Nadie nos va a dividir”, dicen los afectados por la anulación de DACA y reiteran su pedido de alto a las deportaciones de Trump
Unos 800 manifestantes, en su mayoría jóvenes latinos, asiáticos, afroamericanos y blancos salieron ayer martes a las calles de Santa Ana para protestar por la anulación del programa de Acción Diferida (DACA), por parte de la administración del presidente Donald Trump y prometieron incrementar la presión en funcionarios locales de gobierno para que dejen de colaborar con las autoridades del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Indocumentados y sin miedo”. “Siempre resistiendo”, “Dump Le Trump”, “Aquí, unidos para quedarnos” o “Educación, no deportación”, fueron solamente unos pocos gritos que lanzaron los jóvenes por las calles 4th., Main y el bulevar Santa Ana, hasta concluir su manifestación frente al edificio de ICE.
“Ya que el programa DACA terminó, ahora vamos a informar a la comunidad que los permisos no se han acabado”, dijo Fabiola Jácome, coordinadora general de programas de la organización OCIYU. “En este momento necesitamos ayudar a unos 30 jóvenes para que renueven sus permisos y necesitamos recabar unos 15,000 dólares”.
Tanto Jácome como otros jóvenes reunidos en Sasscer Park, recomendaron a la gente que no se desespere ni se entristezca, porque ha llegado el momento de ayudar para continuar la lucha de resistencia a la administración del titular de la Casa Blanca.
“Si ha sido una derrota porque el programa de DACA se ganó por la comunidad indocumentada que tuvo el valor de exigir justicia”, añadió Jácome. “Tenemos que formar grupos de abogacía local, estatal y federal para proteger a toda la comunidad y mantenernos unidos, porque no podemos decir que nos vamos a quedar dormidos”.
Sin miedo
“Indocumentado y sin miedo” se declaró Erik García, de 23 años, nacido Autlán, Jalisco, quien fue traído a Estados Unidos por sus padres cuando era apenas un niño.
“Con el miedo nos quieren controlar”, expresó el estudiante para profesor de literatura en Fullerton College. “Lo importante es demostrar que estamos unidos y que no nos van a dividir”.
Enarbolando banderas de Estados Unidos y ante la fuerte vigilancia policial por tierra y aire, desde un helicóptero, algunos manifestantes como Abigail Marín, de 19 años, destacó que el presidente Trump “no quiere a nadie, solamente a los supremacistas blancos”.
“Los soñadores son gente creativa, trabajadores, amigos, los futuros doctores, maestros e ingenieros del país”, indicó la joven residente de Santa Ana. “Pero lo más importante es que somos humanos merecedores del éxito y la aceptación”.
Por su parte, el cónsul general de México en Santa Ana, Mario Cuevas Zamora lamentó la cancelación del programa DACA y que todavía no se haya apreciado la contribución cultural y económica a la sociedad estadounidense.
“Estos jóvenes se encuentran entre la gente más talentosa de las nuevas generaciones; ellos no se cruzaron ilegalmente, sino que fueron traídos y para ellos esta es su patria”, dijo. “Eso es lo más triste”.
Sin embargo, habría que recordar a los residentes de California que la ley AB540 sigue en su lugar y los estudiantes de DACA todavía pueden obtener un título universitario y acceder a préstamos y becas gubernamentales. La Ley del Sueño de California continuará proporcionando a los estudiantes indocumentados asistencia monetaria para pagar la matrícula universitaria.
Además, la ley SB60 les brinda la oportunidad a los jóvenes de conducir un automóvil de forma legal y segura.
Entre tanto, la ley SB1169 da a estudiantes la oportunidad de obtener una licencia profesional entre 40 tipos de licencias sin importar estado migratorio.
