GRAND TERRACE – En un lunes reciente, la abuelita tiene puesto su delantal azul porque está lista para poner las manos a la obra. Los ingredientes están colocados encima de la barra de una cocina intachable. Hay ajo, cebolla, chiles, cilantro, crema, pechugas de pollo, queso fresco, tomatillos y tortillas de maíz.
“¿Lista abuela?”, le pregunta su nieta. La abuelita asienta con la cabeza.
“¿Qué tal todos? Bienvenidos nuevamente a la Cocina de Abuela”, continua la nieta. “Hoy vamos hacer una receta bien fabulosa que es súper deliciosa, la he probado antes y es una verdadera fiesta para el paladar…A ver abuela, diles exactamente lo que vamos a hacer en este día”.
La abuelita les explica a sus espectadores que hoy hará unos chilaquiles verdes. La palabara chilaquiles proviene del náhuatl: ‘chile’, ‘agua’ y ‘hierba comestible’.
Hablando en un tono suave, ella introduce los ingredientes y da los pasos de la receta en español.
El primer paso es el de pelar y asar los chiles con los tomatillos en el comal. Mientras cocina, la abuelita tiene en mente las variedades de gustos de sus espectadores.
“Si les gusta bien picoso el chile pueden ponerle todo los chiles que quieran—cuatro, cinco o seis, los que quieran—pero nosotros nomás le ponemos uno para que no sea tan picoso porque esos son muy picosos”.
Parte las tortillas con un cuchillo con mucho cuidado y precisión. La abuelita agrega que se puede usar aceite o manteca para freír las tortillas aunque ella opina que la manteca les da mejor sabor. Se oye el crujido de los chiles y tomatillos que se están dorando en la estufa. Al poner las tortillas en la cacerola, la cocina se llena del aroma de la comida frita.
A primera vista, María Rico de Contreras, de 82 años, parece ser una abuelita corriente y moliente nada más.
Sin embargo, esta anciana con la tez aceitunada que mide 4 pies y 10 pulgadas se ha vuelto popular con su propio show llamado en inglés “Abuela’s Kitchen” (La Cocina de la Abuela) en un canal de YouTube donde muestra, paso por paso, cómo hacer platillos tradicionales de la cocina mexicana. Hasta la fecha calcula que ha hecho más de 100 videos en los tres años que han tenido el show y cuenta con más de 70,000 seguidores en YouTube. Algunas recetas que ha hecho han sido: buñuelos, caldo de nopales con pollo, churipo, coctel de camarón, frijoles charros, mole, mulitas de carne asada, picadillo, salsa casera, sopa de arroz y tacos de Tijuana.
“Todos sus admiradores quieren saber lo que hace a todas horas”, dijo su nieta, Silvia Salas Sánchez, de 43 años, quien se encarga de producir, traducir y promover el programa semanal que graban en la cocina de su misma casa en Grand Terrace.
La abuelita—como la llaman cariñosamente sus fans— nació en Purépero, Michoacán, México. Tuvo que aprender a cocinar y a hacer los quehaceres desde pequeña ya que se crió como hija única con sus abuelos. Se acuerda que la vida en ese entonces era mucho más dificultosa porque no había los aparatos domésticos que hay hoy en día. Su marido la trajo a los Estados Unidos a los 21 años. Trabajó pizcando en los campos de California, siguiendo la ruta migrante. Se acuerda cuando conoció al líder de los campesinos, César Chávez. Lamenta el no haber aprendido el inglés.
En la actualidad, la abuelita vive en Rialto. Tiene cinco hijos, 17 nietos y 9 bisnietos.
La idea de hacer el programa se desarrolló hace varios años cuando su nieta la grabó haciendo tortillas a mano para poder aprender cómo se hacían. Subió el video a su muro en Facebook y sus amigos la pidieron que hiciera más.
Por lo tanto, empezaron con un video al mes pero con la demanda de los seguidores, siendo tal, decidieron juntarse cada semana para hacerlos. La abuelita trabaja en equipo con su hija María Salas, su hijo Arturo Contreras y, por supuesto, su nieta Silvia. Son tres, tirando a cuatro, generaciones que se unen por la conservación de las recetas mexicanas familiares.
A la abuelita le gusta hacer el programa porque la entretiene y piensa que la gente puede aprender cómo se hacen los platillos mexicanos que se sabe de memoria. También quiere servir de consuelo, como una abuelita suplente, para aquellos que ya no la tengan.
Aunque dice que la da pena verse en los videos que graba su nieta, toma su papel como la estrella del show muy en serio. La hace ilusión sus seguidores que la mandan cartas y la regalan obsequios por correo.
“Nuestra abuela es muy humilde y sencilla y eso es lo que atrae a la gente”, comenta Mario Sánchez, el esposo de su nieta Silvia.
A la autora y genealogista profesional, Gena Philibert-Ortega de Murrieta, le encantó el programa porque la recordó a la abuela de su marido que era de la misma región en México.
“La comida forma parte de la historia familiar que se pierde si no se documenta”, dijo la genealogista. “No tiene por qué ser complicado. Lo importante es el de hallar la manera de grabar los pasos para saber hacer las comidas antes de que la persona se vaya de este mundo”.
Las sugerencias de la genealogista fueron el de anotar el proceso mientras que cocine la persona o por medio de la entrevista, tomar fotos o grabarlo con el teléfono inteligente. Si el familiar ya ha fallecido, se podría buscar las recetas en los libros de cocina que se encuentran en la biblioteca o en eBay.
“SAZÓN DE DIOS”
Durante el show, se nota que la abuelita está en su propia salsa. Su nieta dice que la gusta contar chistes y enseñarla dichos mientras que cocina. Al pelar el chile poblano, la abuelita comenta que se tienen que quitar las semillas porque si no, se iban al apéndice. Riéndose, añade: “aunque le colamos de todos modos”.
Su hija María, de 63 años, da a una opción saludable para los que no quieran que la comida salga muy grasosa. En vez de freír, se pueden dorar las tortillas en el horno—embarrándoles con un poco con aceite primero—a 400 grados por unos 10 minutos. “Ustedes las van revisando. Ya ustedes se fijan que se vayan dorando, les dan una vueltita y ya están”.
Solamente hace una pausa para tomarse un traguito de una botella fría de su refresco favorito, la Coca-Cola. Luego, regresa a su deber de cocinar.
Después de preparar el plato, la nieta prueba los chilaquiles verdes para ver si, de verdad, la abuela tiene esa “sazón de Dios”. Al probarlos, cierra los ojos y da un gran suspiro. “Éste plato está súper delicioso”, comenta. “¡Tienen que hacerlo!”
La abuelita se despide de sus seguidores, agradeciéndoles, bendiciéndoles y dejándoles con un último consejo: “Si les gustan, lo hacen y si no les gustan, pues, no los hacen”.
Receta de Chilaquiles Verdes con Pollo Estilo Abuela’s Kitchen
• Tortillas de maíz.
• Diente de ajo.
• Pedazo de cebolla.
• Chile poblano y chiles serranos.
• Cilantro fresco.
• 2 pechugas de pollo, cocidas y deshebradas.
• 2 libras de tomatillos o jitomates verdes.
• Aceite o manteca.
• 1/2 taza de agua.
• Crema mexicana, queso freso, ramitas de cilantro y sal, al gusto.
Procedimiento
Paso 1
Primero, se pelan los tomatillos para asarlos con los chiles encima del comal. Aparte se cortan las tortillas en pedazos. Las tortillas se fríen en aceite o manteca y se escurren.
Opción saludable: Para que no quieran que sea tan grasosa la comida, se puede dorar, en vez de freír, a las tortillas en el horno con un poco de aceite a 400 grados por unos 10 minutos.
Paso 2
Segundo, se prepara la salsa verde. Los tomatillos y chiles asados se muelen en una licuadora con el cilantro, una media taza de agua, y un puño de sal. Después, se cuela la salsa verde y se pone a hervir en la cacerola. Cuando está hirviendo esta salsa verde se vacía la tortilla tapando la sartén y dejando que se sequen.
Paso 3
Tercero, se prepara el plato. Se espolvoreen los chilaquiles verdes con el pollo deshebrado, la crema mexicana, el queso fresco y unas ramitas de cilantro fresco. Los chilaquiles se pueden servir con frijoles.
Puede ver el video de cómo hacer los chilaquiles verdes en youtube.com/onelifeonewayvid.
Contact the writer: Comuníquese con la reportera: anaso@pe.com o por Twitter: @angelamarianaso.
