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    En el micrófono la directora, Bridget Heeren cuando presentaba a la fiscal del distrito del Condado de Riverside, Evelyn Essenwanger a los alumnos en la Escuela Primaria Edward Hyatt, el jueves, 4 de junio.

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    Estudiantes de la escuela primaria Edward Hyatt de San Jacinto, cuando escuchaban la presentación sobre prevención de pandillas con la vice fiscal de distrito del Condado de Riverside, Evelyn Essenwanger.

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“Sé que ustedes no son miembros de una pandilla, pero en el futuro van a tener amigos que no van a tomar buenas decisiones”, así empezó su presentación sobre prevención de pandillas, la vice fiscal de distrito del Condado de Riverside, Evelyn Essenwanger en la escuela Primaria Edward Hyatt de San Jacinto.

Bridget Heeren, directora de esta escuela, informó que la presentación fue impartida a los estudiantes de cuatro y quinto grado.

“Cuando empezamos este programa de prevención de pandillas en el 2005 lo hicimos en las preparatorias, pero nos dimos cuenta que ya era muy tarde porque ya ellos están involucrados a esa edad. Por ello, empezamos con alumnos a este nivel”, dijo Essenwanger.

La vice fiscal explicó que el crecimiento poblacional entre los años 2006-2007, hizo que la cifra de pandilleros en el condado de Riverside ascendiera a 12,000 miembros. En el 2011 – cinco años después – se registraron 13,000 miembros.

“Hay una razón para ello: el condado de Riverside tiene las leyes más duras contra los pandilleros en los Estados Unidos”, dijo durane su presentación el jueves, 4 de junio.

Essenwanger aclaró a los estudiantes que el trabajo de un fiscal de distrito es acusar a quienes han faltado a la ley, y que en su caso, trabaja en la corte de menores, es decir, con jóvenes entre los 12 a 17 años.

Preguntó a la audiencia ¿Cuáles son las razones típicas por las que un o una joven decide unirse a una pandilla?: porque quieren ganar respeto, tener control, protección, prestigio, por sentido de pertenencia, porque creen que es divertido y para drogarse.

“Esa es una ilusión y ellos no le van a decir la realidad. ¿A quién le gusta que le digan lo que tiene qué hacer? Pues en las cárceles juveniles los oficiales les van a decir a qué hora se despiertan, a qué hora se acuestan, cuándo comer, tendrán sólo cinco minutos para bañarse y usarán ropa que otros han usado, incluso la ropa interior”, indicó.

Además les advirtió que las únicas personas que aman a los hijos incondicionalmente son los padres.

Señaló que en promedio un pandillero sólo tiene séptimo grado de educación y preguntó: ¿qué tipo de trabajo creen que una persona con esa educación puede tener?: vender drogas para tener dinero fácil.

“Muchos creen que su record criminal será cerrado por ser menores. Eso no es del todo cierto, dependerá del juez. Además con Facebook, Instagram y todos los medios sociales las personas se enterarán y no querrán contratar a alguien con antecedentes criminales”, dijo.

También les mencionó que hay personas que dicen que consumir marihuana no es gran cosa, y les aclaró que su organismo no está listo para procesarla.

Otro consejo que les dio a los estudiantes es que no se vistan como pandilleros, y mostró un video de un joven que lucía como tal y mataron al hijo que tenía en sus brazos, porque lo confundieron.

La vice fiscal también presentó un ejemplo de cómo un crimen puede escalar, hasta dejar a un menor en prisión por el resto de su vida, ya que con pandilleros nunca se tiene el control de la situación.

“En el condado de Riverside un joven de 14 años puede ser acusado como un adulto. Si son arrestados por un crimen relacionado con pandillas, tienen un 99% de posibilidades de ser encarcelados”, afirmó.

Unos 7,766 estudiantes escucharon esta presentación en el año 2014, así como 1,730 adultos como parte del programa de prevención de pandillas de la Oficina de Fiscal del Distrito.

En carne propia

La fiscal Evelyn Essenwanger informó que trabajan con once ex pandilleros de diversos grupos étnicos: asiáticos, afroamericanos, hispanos y de supremacía blanca, para que ofrezcan sus testimonios en este tipo de presentaciones.

Una de ellos es Richard López, de 37 años quien confesó ante los estudiantes de San Jacinto que sus padres, hermanos y hermanas eran pandilleros.

“Yo empecé en las pandillas cuando tenía 8 años y me han disparado ocho veces. A los 10 años estaba parado frente a juez y me enviaron a prisión, pero no aprendí mi lección y seguí con las pandillas”, dijo.

López comentó que los pandilleros sólo lo usaron cuando lo necesitaron y después lo desecharon, incluso mencionó que fue hasta secuestrado y torturado por tres hombres.

“Creo que he estado en las 32 prisiones estatales de California. Allí no van a ver a ningún pandillero millonario. Pero sí verán paredes de concreto y un aviso que dice ‘no vamos a disparar por advertencia’”.

Al preguntarle a la estudiante Breanna Vasquez, de 10 años, lo aprendido en esta presentación, afirmó que “yo nunca voy a ser parte de una padilla. No voy a usar drogas. No quiero perder mi vida y no poder ver a mi familia”.

Mientras que alumno Oswaldo Nieves, de 11 años, dijo que lo que más le impresionó es que quien compartió su testimonio empezó en las pandillas a los 8 años.

“Los palilleros dejan la escuela y venden drogas. Yo sabía que si las personas usan drogas les salen arrugas y se ven más viejas”, dijo Nieves.