Calificando sus acciones como “inconcebibles, estremecedoras e inhumanas” un juez sentenció el jueves a un hombre al máximo de 13 años y ocho meses de prisión por un accidente de golpe y fuga la noche de Halloween en Santa Ana que mató a tres niñas de 13 años.
Jaquinn Ramone Bell, de 32 años, conducía con una licencia suspendida a causa de un previo accidente de golpe y fuga en el que arrolló a las gemelas Lexi y Lexandra Pérez Huerta y a su amiga, Andrea González, quienes se encontraban en la calle recolectando dulces y cruzaban por un paso de peatones.
Bell, quien llevaba a sus dos hijos adolescentes en el automóvil, escapó de la escena y fue arrestado días después en un Motel 6 de Stanton.
La policía sospecha que Bell bebió y condujo esa noche, pero en última instancia las autoridades no contaron con la evidencia suficiente para acusarlo por conducir bajo la influencia del alcohol, según Keith Burk, de la oficina del fiscal de distrito. Ya que Bell escapó, pasó demasiado tiempo para determinar si estaba ebrio, agregó.
Bell se declaró culpable en marzo a un cargo por delito mayor de homicidio vehicular, golpe y fuga y por conducir con una licencia suspendida.
El viernes, la jueza Gassia Apkarian lo sentenció al máximo de 13 años y ocho meses de prisión además de dos años por violación a los términos de su probatoria.
Bell podría haber enfrentado cargos de asesinato y una sentencia mucho más severa si las autoridades hubieran podido demostrar que conducía intoxicado al momento del accidente, según Burk.
Ahora, probablemente cumplirá con la mitad de su sentencia antes de ser liberado en unos siete años.
En declaraciones cargadas de lágrimas, familiares de las tres niñas hablaron de la devastadora pérdida para sus familias.
María González, madre de Andrea González, describió el horror de escuchar sobre el accidente cerca de su vivienda y correr hacia el lugar de los hechos.
“Aún escucho el sonido de los impactos en mi cabeza”, comentó. “Nuestra familia nunca será la misma”.
Cynthia Huerta, madre de las niñas gemelas, dijo que ha tenido dificultad para explicarle a su hija de seis años lo que les sucedió a sus hermanas mayores.
Aunque las familias dijeron estar felices de saber que Bell recibió la máxima sentencia, también expresaron su enojo y frustración de que no pudiera recibir una condena más severa bajo la ley.
“Algunas veces la ley protege los derechos de las personas equivocadas”, dijo Brenda González, de 24 años y hermana de Andrea.
Antes del accidente, la licencia de Bell había sido revocada el 4 de agosto y él también se había declarado culpable a un previo incidente de golpe y fuga mientras conducía bajo la influencia del alcohol en Anaheim.
